Las grandes estrellas de la música, como Beyoncé y Taylor Swift, compiten por los principales premios de la nueva edición de los Grammy que se celebra este domingo en Los Ángeles, cuando esta ciudad intenta recuperarse de los estragos causados por feroces incendios.
La tradicional temporada de premios que marca el comienzo del año ha tenido que adaptarse, y los Grammy no fueron la excepción, descartando algunos eventos como varias de las fiestas que usualmente organizan disqueras y gigantes de la industria como Spotify.
Los incendios de enero en los alrededores de Los Ángeles, los peores en décadas, dejaron miles de desplazados, más de 25 muertos y pérdidas por miles de millones de dólares.
Pero la ceremonia se mantiene en pie en la Arena Crypto.com, en el centro de Los Ángeles, dijo Harvey Mason Jr., director ejecutivo de la Academia de la Grabación.
Se llevará a cabo «en estrecha coordinación con las autoridades locales», explicó, y buscando la manera de recaudar fondos de ayuda.
Musicares, el brazo filantrópico de la Academia de la Grabación, informó que ha distribuido millones de dólares en ayuda de emergencia.
Su gala anual, que sirve como antesala de los premios, honrará este viernes a la banda de rock psicodélico The Grateful Dead, y reunirá a grandes de la industria en un acto que dará prioridad a la ayuda humanitaria y a homenajear a los bomberos.
Por otro lado, artistas como Lady Gaga, Billie Eilish, Dave Matthews y John Mayer se sumaron al concierto especial FireAid, organizado por los grandes del espectáculo Live Nation y AEG Presents para contribuir con el apoyo humanitario.
La Academia de la Grabación «está conmovida de ver a tantos artistas unidos en este momento para apoyar a sus colegas y a otras personas afectadas por los recientes incendios forestales», dijo Mason.
La paradoja de Beyoncé
Beyoncé y su innovador «Cowboy Carter», un álbum que abraza la cultura negra en el género country, lideran la disputa por los Grammy con 11 nominaciones.
La megaestrella de 43 años es la más exitosa en la historia de los Grammys, con mayor número de estatuillas y de nominaciones, pero nunca ha podido conquistar los prestigiosos trofeos al Álbum y a la Grabación del año.
La paradoja de que Beyoncé no haya ganado los grandes premios ha reavivado las frecuentes críticas contra la Academia de la Grabación a la que se acusa de dejar de lado el trabajo de los artistas negros.
«Cowboy Carter» es un homenaje a su herencia sureña que pone en entredicho a la industria del country, que durante mucho tiempo ha promovido una visión rígida del género, abrumadoramente blanca y masculina.
La musicóloga Lauren Kehrer sostiene que la tensa relación de Beyoncé con los Grammy muestra «líneas de ruptura en cómo las organizaciones piensan acerca de estilo y género, especialmente cuando se trata de raza y género».
Este domingo, la texana tendrá una quinta oportunidad de ganar el gramófono al mejor álbum (fue preseleccionada por sexta vez como artista destacada en «The Fame Monster» de Lady Gaga), frente a Taylor Swift, una de sus rivales en la categoría, y quien se la ha llevado cuatro veces.