Actualmente las personas que sufren ludopatía o adicción a los juegos de azar no son acompañados por especialistas por la poca disponibilidad en el sector público.
Asimismo, no hay un trabajo palpable para la promoción y creación de grupos de apoyo y por eso enfrentan problemas interpersonales y familiares, que desencadenan en divorcios, problemas económicos e inclusive el suicidio.
El juego compulsivo, que también se conoce como trastorno del juego, es el impulso incontrolable de seguir apostando sin importar las consecuencias que eso tenga en tu vida. Apostar significa que estás dispuesto a arriesgar algo que valoras con la esperanza de ganar algo de mayor valor.
Esto puede estimular el sistema de recompensa del cerebro de forma similar a como lo hacen las drogas ilícitas o el alcohol, lo que genera adicción. Si tienes un problema con el juego compulsivo, es posible que hagas apuestas continuamente que te lleven a perder, agotar tus ahorros y endeudarte. Es posible que ocultes tu comportamiento e incluso recurras al robo o al fraude para alimentar tu adicción.
El juego compulsivo es una afección grave que puede destruir vidas.
Aunque tratar el juego compulsivo puede ser desafiante, muchas personas que luchan contra este han encontrado ayuda mediante el tratamiento profesional.
Observamos que la edad en las apuestas de inicio es cada vez más temprana sobre todo en el juego en Internet.
La mayoría de los apostadores casuales dejan de apostar cuando pierden o establecen un límite de cuánto dinero están dispuestos a perder. Sin embargo, las personas con un problema de juego compulsivo sienten el impulso de seguir jugando para recuperar su dinero, un patrón que se vuelve cada vez más destructivo con el tiempo. Algunas personas pueden recurrir al robo o al fraude para obtener dinero para apostar.
El problema de la ludopatía no sólo es neurobiológico, sino que contribuyen al problema diversos factores sociales.
De acuerdo con el Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral, en el 2017 en México ya había más de 4 millones de personas adictas al juego. Sin embargo, aún en la actualidad, las cifras sobre esta enfermedad en nuestro país no son muy claras debido a que ninguna Institución de salud la trata ni la registra como se debería.
Se estima que en nuestro país pueden existir en torno a más de 6 millones de habitantes directamente afectados. Al impacto económico que supone el trastorno sobre el paciente y sus familiares se suma el absentismo laboral y académico, que agrava la situación.
Es de señalar que en torno a la mitad de las personas en tratamiento por juego patológico tiene ideación suicida, y casi un 20% ha intentado suicidarse, dato que sugiere la importancia y gravedad del trastorno y que por tanto no debe tenderse a la banalización del mismo o a demorar su tratamiento por profesionales.
Aunque no se ha demostrado que exista una forma de prevenir la ludopatía, los programas educativos dirigidos a las personas y los grupos con mayor riesgo pueden resultar de utilidad.
Si tienes factores de riesgo de sufrir ludopatía, considera la posibilidad de evitar las apuestas de todo tipo, las personas que apuestan y los lugares donde estas se realizan. Busca tratamiento ante el primer signo de un problema para ayudar a evitar que la ludopatía empeore.
Es necesario reformar el artículo 202 de la Ley Estatal de Salud, incorporando la responsabilidad estatal para que implemente coadyuve y coordine con las autoridades sanitarias federales para la ejecución del programa contra las adicciones, como el alcoholismo, el abuso de bebidas alcohólicas, tabaquismo, farmacodependencia y el tema que hoy presentamos ludopatía.