Cientos de militares y policías custodiaban ayer la infraestructura estratégica de Ecuador y algunos medios de comunicación en esta capital y la sureña ciudad de Guayaquil, mientras el gobierno del presidente Daniel Noboa intentaba recobrar la normalidad del país, un día después de que declaró un conflicto armado interno
contra grupos criminales.
Ecuador atravesó el tercer día consecutivo de una inédita violencia en sus calles con saldo de al menos 14 muertos, casi 140 policías y personal penitenciario retenidos por presos, un sinfín de ataques armados y 329 detenidos.
Noboa, de 36 años, declaró a la emisora Radio Canela que el país está en estado de guerra
, y aseguró que ante la crisis de seguridad que se vive se requieren güevos grandes, de avestruz y no de cartón
.
Dijo que con firmeza su gobierno está luchando por la paz y contra grupos terroristas
que, según él, están integrados por más de 20 mil miembros
, y advirtió a jueces y fiscales que también serán procesados si ayudan a las bandas, al considerar que son parte de esta red terrorista
.
Noboa declaró a Ecuador en conflicto armado interno
el martes, tras haber ordenado, un día antes, el estado de excepción por 60 días.
La crisis se impuso tras la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, jefe de la principal banda criminal del país, conocida como Los Choneros, vicnulada al cartel del Sinaloa, y quien estaba recluido en una cárcel guayaquileña, el domingo pasado. A la fuga de Fito se sumó antier la de Fabricio Colón Pico, uno de los capos de Los Lobos, relacionado con el cartel Jalisco Nueva Generación, detenido el viernes pasado por cargos de secuestro y su presunta responsabilidad en un plan para asesinar a la fiscal general, Diana Salazar.
Cientos de militares y policías custodiaban ayer las desoladas calles alrededor de la sede presidencial de Carondelet, en el centro de Quito, ciudad de casi 3 millones de habitantes.
Pocos autos circulaban en las grandes avenidas Guayaquil, donde almacenes y tiendas de barrio permanecían cerrados por los hechos violentos que se recrudecieron desde el lunes.
Hay miedo, uno tiene que estar con precaución, mirando para acá, para allá, si tomo este camión o mejor no
, comentó a la agencia noticiosa Afp una mujer de 68 años, que no quiso revelar su identidad y salió a trabajar aterrorizada
a una oficina en la zona norte de Quito.
Fuente: La Jornada