Un predio ubicado en la localidad de La Estanzuela, municipio de Teuchitlán, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) operaba un crematorio clandestino, donde, además del reclutamiento forzado y asesinatos sistemáticos, se habrían cometido otras prácticas ilícitas atroces y violentas, de acuerdo con nuevos testimonios obtenidos por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
Un predio ubicado en la localidad de La Estanzuela, municipio de Teuchitlán, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) operaba un crematorio clandestino, donde, además del reclutamiento forzado y asesinatos sistemáticos, se habrían cometido otras prácticas ilícitas atroces y violentas, de acuerdo con nuevos testimonios obtenidos por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
Información revelada por autoridades y el colectivo señalan que en el predio utilizado como campo de exterminio y centro de reclutamiento fueron hallados tres hornos crematorios subterráneos, restos óseos, ropa, maletas, credenciales, zapatos, casquillos, y estructuras utilizadas para adiestramiento armado.
De acuerdo con la líder de Guerreros Buscadores de Jalisco, Indira Navarro, esta historia de horror empieza a raíz de las múltiples desapariciones de jóvenes registradas en la central de autobuses: “Ofrecían una buena paga, 5.000 pesos a la semana, por ser guardia de seguridad, chófer… pero siempre los citaban en la central. Ahí los interceptaban y ya no se sabía nada”, dijo en entrevista con Aristegui Noticias.
Abuso infantil y experimentos médicos
Durante la misma entrevista con Carmen Aristegui, Navarro reveló que la madrugada del 11 de marzo recibió una llamada de una joven que aseguró haber permanecido tres años privada de la libertad en ese lugar. La mujer, identificada como María, decidió dar su testimonio pese a que sabe que esto podría costarle la vida, comentó Indira Navarro.
“Me dijo que esto (el crematorio clandestino) tiene más de diez años, que opera desde 2012. Que la gente del lugar lo sabía, pero no podían hablar porque estaban amenazados. Me contó cosas muy fuertes”, relató Navarro.
Según los nuevos detalles que aporta el testimonio de María, en el rancho se practicaban “experimentos médicos”: “Contaba de que había unos médicos que iban y hacía como unos experimentos, obviamente se trataba de venta de órganos”, mencionó.
“No es una película de terror, es peor”
En otra entrevista con Adela Micha en el programaLa Saga, Navarro amplió algunos detalles. “Yo pensé que ya había escuchado todo… pero lo que me contó era inaudito”, expresó.
Según la información de María, en los años que ella estuvo en el rancho los reclutas eran obligados a participar en peleas en lodo como método de castigo y control, donde el alimento era utilizado como incentivo o premio. Dormían hacinadas directamente sobre el suelo, bajo una lona colocada en el área conocida como el domo, en condiciones precarias e insalubres.
La sobreviviente señaló que en ese entonces los reclutados eran obligados a vestir ropa naranja, similar a los uniformes utilizados en centros penitenciarios, con el objetivo de identificarlos fácilmente. Quienes intentaban escapar eran ejecutados de inmediato, según el testimonio.